Esta historia esta basada en un hecho real, que aparece en la narración del libro Memorial sobre el culto y devoción a la Virgen de la Capilla, escrito por el licenciado Antonio Becerra y publicado en 1639.
En el cual se relata los siguientes hechos.
En una noche de finales del siglo XVI, un muchacho, hijo de una persona principal de Jaén, se oculto en el templo después de los oficios de ese día, esperando el cierre de la iglesia, aprovechando la noche para robar las lamparas de plata que alumbraban a la Virgen, salio de la ciudad con su preciado botín, pero su mala conciencia y el nerviosismo de la huida hizo que se desorientara y fuera capturado en la inmediaciones de Los Villares.
Juzgado sumariamente y sin que su padres, que gozaban de gran influencia, pudiera hacer nada por el, ya que el delito causo gran alarma entre los vecinos de la ciudad, fue condenado a muerte.
Lo ahorcaron y luego se ordeno descuartizarlo y exponer sus restos sobre los contrafuertes del templo para que sirviera de ejemplo a posibles ladrones sacrílegos.
Cuando los restos se consumieron con el tiempo, se ordeno que la cabeza, fuera esculpida en piedra sobre el contrafuerte mas próximo a la torre, para que estuviera expuesta eternamente.
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